Esto no es un cuento de pan y pimiento

Había una vez alguien que tenía una necesidad y como no estaba solo, tuvo que ingeniárselas para compartir e intercambiar su necesidad con la de los demás..... así  que a uno de ellos se le ocurrió la genial idea de hacer los habituales intercambios con algo a lo que llamaron moneda..... ¡Qué bien!, pensaron todos, ahora no tendremos que cargar con un kilo de garbanzos para poder pagar un kilo de lentejas, y además, añadió uno de los más protestones, el kilo de garbanzos cuesta más tiempo en producirse que el de lentejas, y por lo tanto el que me pague a mí tendrá que hacerlo con monedas porque para mí será más fácil recibir el valor exacto de lo que me ha costado. Utilizaron metales con valores idénticos al  que representaban...... Una moneda de plata valía su peso en plata, por ejemplo, pero con el paso del tiempo aumentaron las transacciones y disminuyeron los metales, y como hubo que ingeniárselas otra vez, decidieron que el papel era más barato que la plata o el oro, o el cobre, así que fabricaron un papel al que aleatoriamente le asignaron un valor, y todos tan conformes, hasta que apareció la disconformidad..... ¡Mi moneda vale más que la tuya!, le dijo uno a otro un día cualquiera en el mercado, mientras el otro le miraba con el desasosiego propio del desconcierto que supondría que tras un año de trabajo su casa no podría recibir ni una sola de las mejoras que había programado.
Algunos intentaron organizarse y luchar contra lo que creían una injusticia, pero al llegar a su casa se encontraban con que ellos también tenían necesidades, y sus hijos y sus compañeras de desdichas, así que la lucha no resultaba nada sencilla, nunca lo fue, y aunque hubo muchos muertos, durante muchas batallas, el sistema seguía comportándose de la misma manera, mientras las transacciones seguían aumentando, y aumentando, tanto que llegó el día en el que para mayor seguridad (dijeron) ya no sería necesario llevar el dinero hecho papel en el bolsillo, sino que con una solo anotación en las cuentas podrían hacerse los pagos correspondientes...... Y aumentaron las transacciones monetarias, tanto que llegó el día en el que ya era muy complicado saber dónde estaba el dinero realmente..... escaseaba su circulación... no había suficiente papel.....y.... apareció el problema ......sin posibilidad de pagar en el intercambio, no habría intercambio.....Sin intercambio la maquinaria se pararía y no se podrían  atender las necesidades de nadie......¿Qué hacemos? se preguntaron muy preocupados por el futuro de la humanidad......pero esta vez no había acuerdo.... Unos querían que cada uno recibiera un poquito menos como pago por el producto que ofrecía y así poder mejorar el reparto del total de papel disponible entre todos, pero aunque era una inmejorable idea, debieron jugar en desventaja porque otros lo que resolvieron con más papel, es decir fabricar más papel como si fueran fotocopias.... sin valor real que sustentara su existencia, y de ese modo ellos seguirían obteniendo el mismo resultado físicamente aunque su dinero no valdría lo mismo que el de los que habían preferido hacer un mayor esfuerzo de trabajo para aumentar el valor de lo que ya tenían. Así que la verdadera dicotomía inherente a la existencia del propio sistema apareció sin ningún reparo ni cortapisa:  por un lado vivían los que aumentaban el valor de lo que tenían trabajando mejor y utilizando sus cerebros hasta exprimirlos y generar riqueza; por otro los que incapaces de controlar sus necesidades las dejarían aumentar libremente, igual que el dinero de papel, sin valor con el que las pagarían.........Y así hasta hoy ...... No sabemos en que lugar quedará el resultado para la solución futura de  esta contradicción.