Lo malo de lo importante es que, seguramente, lo que es importante para alguien no tiene por qué serlo para los demás. Es en el hecho de discernir sobre la oportunidad del calificativo en lo que se esconde el verdadero entramado de la palabra. Importante está definido como la cualidad de lo que es muy conveniente o interesante o de mucha entidad o consecuencia.
Si tenemos en cuenta que para un bebé lo importante es comer y dormir, es porque no hacerlo conllevaría la enfermedad o la muerte, y sería descabellado pretender que un bebé hiciera ninguna otra acción en su quehacer diario que no fuera dedicarse a lo que podríamos definir como "la buena vida" como modo de protegerse contra a inseguridad infantil, ajeno a todo lo que no le es importante.
La palabra importante no significa lo mismo si la ponemos en la mente de una persona que ya no es un bebé, sino un adulto y en este caso las variables para discernir la oportunidad del calificativo se encuentran impregnadas del peso, importancia, o consecuencia de las tareas u ocupaciones en las que la persona se desenvuelve y que de ninguna manera pueden ser equiparables en la medida de sus consecuencias.
En el supuesto de que la persona que tiene que discernir qué es o no importante sea un político, el asunto toma un cariz desorbitadamente distinto, porque "la cosa pública" ha de tener en cuenta que las consecuencias toman una dimensión que no es precisamente física en la que comer y dormir podrían no ser los objetivos a conseguir, o.... ¿ Quizás sí?..... Porque el comer y dormir del bebé son la necesidad imperiosa para su la vida, y nos faltaría saber cuáles son las necesidades imperiosas para la vida del político...¿.....?
Aquí es donde nos encontramos con el primero de los escollos: si las necesidades del bebé son las mismas para todos los bebés, resulta que visto lo visto, no todos los políticos necesitan lo mismo, aunque en apariencia pudiera insinuarse que su única necesidad sea el poder frente al servicio de lo público...... Es el servicio a lo público el título inicial de su tarea diaria y para lo que los ciudadanos les contratan y por lo tanto es su primer objetivo y debería ser su única necesidad.
Si entramos a valorar que es lo que el político necesita para el desarrollo de su tarea diaria, aparte de un buen utilitario, un "despachito" en el que guardar el papeleo, una buena ración de honestidad y humildad para el servicio, además de autoridad para estar a la altura y saber decir ....¡No!..... a las manos pedigüeñas.........
Si tenemos en cuenta que para un bebé lo importante es comer y dormir, es porque no hacerlo conllevaría la enfermedad o la muerte, y sería descabellado pretender que un bebé hiciera ninguna otra acción en su quehacer diario que no fuera dedicarse a lo que podríamos definir como "la buena vida" como modo de protegerse contra a inseguridad infantil, ajeno a todo lo que no le es importante.
La palabra importante no significa lo mismo si la ponemos en la mente de una persona que ya no es un bebé, sino un adulto y en este caso las variables para discernir la oportunidad del calificativo se encuentran impregnadas del peso, importancia, o consecuencia de las tareas u ocupaciones en las que la persona se desenvuelve y que de ninguna manera pueden ser equiparables en la medida de sus consecuencias.
En el supuesto de que la persona que tiene que discernir qué es o no importante sea un político, el asunto toma un cariz desorbitadamente distinto, porque "la cosa pública" ha de tener en cuenta que las consecuencias toman una dimensión que no es precisamente física en la que comer y dormir podrían no ser los objetivos a conseguir, o.... ¿ Quizás sí?..... Porque el comer y dormir del bebé son la necesidad imperiosa para su la vida, y nos faltaría saber cuáles son las necesidades imperiosas para la vida del político...¿.....?
Aquí es donde nos encontramos con el primero de los escollos: si las necesidades del bebé son las mismas para todos los bebés, resulta que visto lo visto, no todos los políticos necesitan lo mismo, aunque en apariencia pudiera insinuarse que su única necesidad sea el poder frente al servicio de lo público...... Es el servicio a lo público el título inicial de su tarea diaria y para lo que los ciudadanos les contratan y por lo tanto es su primer objetivo y debería ser su única necesidad.
Si entramos a valorar que es lo que el político necesita para el desarrollo de su tarea diaria, aparte de un buen utilitario, un "despachito" en el que guardar el papeleo, una buena ración de honestidad y humildad para el servicio, además de autoridad para estar a la altura y saber decir ....¡No!..... a las manos pedigüeñas.........
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