Llegó la hora

Ha tenido que reinar en la Casa Blanca un descarado sin modales para que, de una vez, se haya aclarado y para siempre cuál ha sido la actitud de EEUU respecto de la economía del resto de mundo, pero muy especialmente la europea. Cuando una era una niña, ya se interesaba por el hecho de que la bolsa bajara cada día y en la tele nos dijeran que eso, inevitablemente, conllevaba intrínseca la subida de la inflación que sólo podía disminuir con la bajada del valor de la moneda del país. No llegábamos a alcanzar el significado de semejante y nuevo término, pero sí entendíamos que cuando mamá iba a la compra, se quejara de que los precios no paraban de subir. Yo muy atenta a las noticias, nunca comprendí por qué nadie hacía nada.
         Pasó el tiempo y en la Universidad tocó aprender, si o sí, el significado de la palabrita. También hubo que saber todo sobre las bonanzas de la oferta y la demanda, alineados con otros "todos" más escabrosos, con los que pudimos comprender que la oferta y la demanda son unas curvas sobre las que es fácil incidir con un poco de habilidad.
         En la depreciación de la peseta estuvo nuestro futuro. No fue sólo la Peseta, sino todas y cada una de las monedas que estaban obligadas a mover su valor respecto de otra: El Dólar, por que sí, porque así estaba estipulado por el todopoderoso orden internacional que surgió después de la Gran Guerra, y que ha sido el arma utilizado por el poder anglosajón para esquilmar la muy maltrecha Europa, plagada de desencuentros y corazones endurecidos por tanta batalla durante toda su Historia.
         Pero la Gran, la Grandísima Europa supo resurgir de las cenizas. Algunos líderes en se dieron cuenta de que era posible la Unión después de siglos de lucha. Que esa Unión traería prosperidad a los ciudadanos, traería un nuevo futuro en el que la inflación y la influencia del Dólar y los manejos de las autoridades monetarias que nos llegan desde el otro lado del charco, quedaran reducidos, aunque no olvidados.
         Algunos entonces comprendieron que el "chollo" se había acabado, y el nacimiento del Euro con esa fuerza iba a minorar las ganancias. Pero el dinero es el dinero, y dadas las diplomacias y los buenos entendimientos por el bien de toda la comunidad internacional, las relaciones siguieron cordiales porque, lo queramos o no, vivimos en un mundo cada vez más globalizado en el que todo interactúa con todo.
         Entonces el poder dinerario se había quedado sin el arma utilizada durante tantas décadas, y tuvo que inventarse otra. En lugar de utilizar el llamado papel moneda, invirtieron en papel bancario, haciendo apuestas sobre las valoraciones de los bienes a futuro y basando el poder dinerario en esas valoraciones hechas, además, por unas entidades privadas y manejadas desde el lado anglosajón.
          Europa quedó herida de muerte. Esquilmada otra vez, con las ventanas abiertas a la basura bancaria estadounidense, que campaba libremente por la falta de regulación al respecto. Francia y Alemania consiguieron poner en la mesa el valor de la necesidad de esa regulación, y esto supuso la amenaza de Reino Unido para la salida de una Europa en la que nunca llegó a estar, y en la que su "City"  fue el "coladero" más grande la historia reciente.
            España, por su parte, reaccionó bien y se negó a claudicar en sus objetivos de bienestar y respondió con una mediada que, aunque histórica, no ha tenido el reconocimiento que merece, porque el presidente Zapatero decidió no reducir objetivos, sino reducir un tanto por ciento el sueldo de los funcionarios para intentar mantener el equilibrio.
            Con el presidente Obama, las relaciones no permitían hablar claro y conciso, había que mantener las formas y evitar que los daños para ambos países fueran mayores. Ahora Obama no está y el nuevo inquilino de la Casa Blanca se ha permitido despotricar sobre el hecho de que según él todos los países se hayan dedicado a "aprovecharse" del suyo......Manda c. y así estamos.
            Por fin la imagen de Alemania y Francia ante el estupor de los orientales, enfrentados claramente ante la actitud desafiante de EEUU. Por fin nos vemos todos la verdadera cara que tenemos.....